Reclamaciones
La frontera de la especie no es, y no puede ser, una frontera moral, ya que nuestra sociedad debe evolucionar para incluir a los animales en nuestro círculo moral. Más abajo encontraréis propuestas que tienden a la realización de este objetivo.
Nuevo estatus jurídico – Abolición del estatus de propiedad
La etología muestra que los animales sienten emociones y son individuos de pleno derecho, pero sin embargo, por culpa de su estatus jurídico, tenemos derecho a comprarles y venderles como si fuesen meras mercancías. A causa de esto, los frívolos intereses del propietario son considerados más importantes que los intereses fundamentales de los animales. Esta situación es injusta, ya que los animales no son cosas y por ello, no deben de ser considerados como propiedad de alguien.
Entidades abstractas y artificiales como puede ser una empresa, son reconocidas como personalidades jurídicas. Sin embargo, los animales humanos, seres reales y concretos, con preferencias, deseos y dotados de personalidad propia, no se benefician todavía de dicho estatus. Por los tanto, una evolución es necesaria. Además, los intereses de los animales deberían poder estar representados juridicamente por asociaciones de defensa animal, fiscales especializados sobre la cuestión animal, tutores, etc, y no por sus dueños.
_Pedimos a los parlamentos, así como a las instancias jurídicas, que construyan un concreten un nuevo estatus jurídico para los animales, alejándolos del de “propiedad” para que sean considerados como seres sintientes cuyos intereses pueden ser defendidos legalmente.
Educación para la bondad hacia los animales: prevención contra el especismo
Muchos países ya practican la prevención contra el sexismo y/o el racismo, y hoy en día, es necesario hacer lo mismo respecto al especismo. En estos tiempos de crisis medioambiental, es sumamente necesario explicar de manera pública que los seres humanos comparten planeta con otros habitantes que también tienen capacidad de disfrutar y sufrir, y por ello, deben ser respetados. Podemos hacerlo a través de la educación en las escuelas, materializando la moral común de todas las sociedades civilizadas: la diferencia no es justificación para infligir violencia.
Pedimos la puesta en marcha de campañas con enfoques globales de información y prevención del especismo con el fin de sensibilizar a todos los ciudadanos respecto a la problemática animal. En este contexto, pedimos a los centros de enseñanza y a las instituciones, que ofrezcan una asignatura en sus programas de formación en relación a los derechos de los animales y en prevención contra el especismo.
Una cultura alimentaria pacifica – el fin de la pesca y el cierre de los mataderos
La mayoría de los animales asesinados en el mundo lo son para consumo humano. De hecho, 64 mil millones de animales terrestres son asesinados en mataderos cada año, y aproximadamente 1000 mil millones acaban su vida ahogándose en redes de pesca. Por otro lado, en la industria del huevo, son molidos o gaseados vivos los pollitos macho, mientras que las vacas lecheras son separadas de sus terneros y acaban siendo asesinadas en los mataderos cuando dejan de ser productivas. Por lo tanto, todos pensamos que matar animales sin necesidad es injusto y la existencia de millones de vegetarianos y veganos demuestra que estas prácticas no son necesarias.
Ya es hora para nuestra sociedad de acabar con la pesca y la cría de animales para consumo y tender hacia una cultura alimentaria pacífica y vegetal. Esta alimentación posee además la ventaja de ser más “ecológica” ya que malgasta menos recursos.
Pedimos el fin de las subvenciones para la industria de consumo de animales, la puesta en marcha de ayudas para la reconversión de los trabajadores de este sector, la materialización de una alimentación vegetariana equilibrada en los establecimientos y la abolición del consumo de animales.
Por una ciencia ética – los animales no son material científico
Todos sabemos que la ley del más fuerte es injusta y que no debemos disfrutar de la debilidad de los demás para usarlos o hacerles daño. Sin embargo, es exactamente lo que hacemos a los animales cuando son usados en experimentos, testando sobre ellos detergentes, medicamentos o incluso armas de guerra. En la investigación básica o esencial, también experimentamos en animales para satisfacer nuestra curiosidad intelectual. Este tipo de comportamiento sería totalmente inaceptable si las víctimas fueran humanas. De este modo, ponerse en el lugar de las victimas nos permite darnos cuenta que estas prácticas son inaceptables tanto en humanos como en animales. Ningún investigador que use animales con capacidad de sentir estaría de acuerdo en que seres más inteligentes que él le impusiesen el mismo sufrimiento que él mismo inflige a los animales.
Pedimos el fin del uso de los animales en experimentos científicos en laboratorios. También pedimos el aumento de las inversiones públicas dedicadas a los métodos científicos que no usen animales.
Por una consideración de los individuos – los animales no son recursos
A veces, el especismo ha permitido pensar a las industrias, que verter un líquido contaminante en un lago no influiría a los animales acuáticos que en él viven, si no desequilibra el ecosistema que en él existe y no implica la desaparición de ninguna especie. Sin embargo, los animales ni son objetos que hacen funcionar un ecosistema, ni “recursos naturales”, pero poseen, como los humanos, interés propio en no sufrir así como de disponer de un entorno que les permita disfrutar de su existencia. Son, individuos cuyos intereses deben de ser respetados aunque no formen parte de una especie amenazada.
Los seres humanos no son los únicos habitantes del planeta con capacidad de sentir y eso implica que debemos dejar de menospreciar los intereses de los “animales salvajes” y tender hacia una sociedad que se interesa y preocupa por una gestión óptima del planeta en beneficio de dichos habitantes.
Pedimos que la toma de decisiones relacionada con el medioambiente tengan en cuenta los intereses de los animales, en especial el interés de disfrutar de sus vidas y de un entorno adecuado.